<p dir="ltr">Por: Ing. Zoot. Juan Luis Uccelli, JLU Consultora. &nbsp; <p dir="ltr">Cuando se mira lo realizado en los &uacute;ltimos 23 a&ntilde;os, partiendo de un consumo de apenas 4 kilos per c&aacute;pita (de los cuales 3 eran como chacinados) y haber llegado a los 23 kilos actuales (tambi&eacute;n de los cuales solo 3 kilos son a trav&eacute;s de chacinados) es todo un logro, pero el camino ha marcado solo un punto de llegada y permite marcar otro nuevo punto que ser&iacute;an los 32/33 kilos per c&aacute;pita para el a&ntilde;o 2032. Es cierto que, en cualquier proceso de crecimiento, el avance se vuelve m&aacute;s lento con el tiempo, pero eso no debe ser motivo para dejar de progresar. Puntos cr&iacute;ticos A continuaci&oacute;n, se se&ntilde;alan algunos aspectos clave que, si bien son particulares, se potencian al analizarse en conjunto: Precio: Producir un kilo de carne de cerdo es m&aacute;s barato que producir un kilo de carne vacuna y un poco m&aacute;s caro que producir un kilo de carne aviar. En nuestra realidad de un pa&iacute;s netamente consumidor de carnes, el precio es fundamental para posicionarse. Hoy en d&iacute;a en promedio, la carne vacuna est&aacute; entre un 20% y un 30% m&aacute;s cara que el mismo corte de carne porcina y habr&iacute;a que trabajar en aumentar esa diferencia, con la ventaja de que mundialmente el aumento del precio de la carne vacuna tiene mayor crecimiento que el precio de la carne porcina. Hace unos a&ntilde;os no se vend&iacute;a la carne de cerdo si no estaba con una diferencia de por lo menos el 10% m&aacute;s barato que la carne vacuna. Hoy en d&iacute;a ese l&iacute;mite es del 20% promedio y deberemos llegar al 30% para seguir siendo competitivos. Eficiencia productiva: Los objetivos a seguir son dos muy claros, obtener m&aacute;s kilos de cap&oacute;n por cerda productiva y disminuir la conversi&oacute;n alimenticia para producir cada uno de esos kilos. A nivel pa&iacute;s estamos cerca de los 3.000 kilos por cerda y una conversi&oacute;n alimenticia total de 2.97:1, pero cuando vemos lo que algunos establecimientos logran producir en el pa&iacute;s, nos est&aacute;n marcando ad&oacute;nde podemos llegar, con valores de m&aacute;s de 4.000 kilos por cerda/a&ntilde;o y una conversi&oacute;n alimenticia menor a los 2.60:1. Es una meta muy posible. Eficiencia industrial: Argentina enfrenta serias dificultades para competir con pa&iacute;ses como Brasil o Espa&ntilde;a. Las causas incluyen una alta carga impositiva, costos elevados de control, falta de mercados para cortes de bajo valor (cabeza, patitas, etc.) y menudencias, adem&aacute;s de la competencia desleal de la venta informal. Este es quiz&aacute;s el principal cuello de botella de la cadena, y aunque el Estado tiene un rol crucial, la responsabilidad es compartida. Eficiencia comercial: No sirve producir cerdos de forma eficiente y econ&oacute;mica, ni tener una faena y desposte competitivos, si el producto llega al consumidor con m&aacute;rgenes excesivos en el &uacute;ltimo eslab&oacute;n de la cadena. La carne de cerdo suele tener, como m&iacute;nimo, el doble de margen que la carne vacuna en los puntos de venta. Aunque se argumentan diversas razones, todas tienen soluci&oacute;n. Tal vez sea momento de revisar la pr&aacute;ctica de aplicar m&aacute;rgenes elevados &ldquo;por las dudas&rdquo;. La cadena debe aplicar la l&oacute;gica comercial que ya se utiliza con la carne vacuna. Producto seguro: El consumidor exige cada vez m&aacute;s informaci&oacute;n, no solo sobre trazabilidad y confiabilidad, sino tambi&eacute;n sobre el uso responsable de antimicrobianos, bienestar animal y cuidado ambiental. Cualquier inversi&oacute;n en estos aspectos marcar&aacute;, m&aacute;s temprano que tarde, una diferencia no solo en el valor de la carne, sino en la posibilidad de comercializarla. Posible estrategia Hay acciones que han impulsado el crecimiento del sector y deben continuar: Comunicaci&oacute;n con los profesionales de la salud: Aunque se ha avanzado, a&uacute;n hay profesionales que excluyen la carne de cerdo en dietas o reg&iacute;menes alimentarios. Es fundamental participar en congresos especializados con informaci&oacute;n cient&iacute;fica actualizada sobre la composici&oacute;n de la carne porcina producida en el pa&iacute;s. Tambi&eacute;n se debe trabajar en hospitales para demostrar que la carne de cerdo no es proscriptiva, sino prescriptiva. El trabajo en las Facultades que ense&ntilde;an a los futuros profesionales, es tambi&eacute;n muy importante.&nbsp; Comunicaci&oacute;n con los profesionales de la gastronom&iacute;a: Actualmente, la carne de cerdo est&aacute; presente en escuelas de gastronom&iacute;a y programas televisivos. Sin embargo, es necesario promover nuevos cortes, formas de cocci&oacute;n y recetas simples. El trabajo realizado con la bondiola en la parrilla argentina puede servir como ejemplo para innovar con otros cortes. Se podr&iacute;an organizar concursos con recetas originales o platos tradicionales como milanesas y empanadas. Comunicaci&oacute;n con la comunidad: Es clave informar al consumidor sobre las ventajas de la Carne de Cerdo Argentina: su precio, composici&oacute;n nutricional y practicidad en la cocina. Ser&iacute;a muy valioso iniciar un trabajo educativo en escuelas primarias sobre c&oacute;mo se produce la carne de cerdo. Producto nacional y fresco: Una de las caracter&iacute;sticas del consumidor argentino es la compra de carne fresca y esa ventaja debe ser utilizada para diferenciar el producto nacional, que es fresco y el producto importado que indefectiblemente debe ser congelado. La implementaci&oacute;n de una simbolog&iacute;a de Carne Porcina Argentina, que identifique los puntos de venta o dentro de ellos, como en los grandes supermercados, las g&oacute;ndolas diferenciadas. Al producto fresco no se le puede a&ntilde;adir agua, al congelado, s&iacute;. Mercado Interno + Mercado externo: Argentina tiene una ventaja con respecto a los tradicionales mercados exportadores de carne porcina del mundo, como EE.UU. y la Uni&oacute;n Europea, el mercado interno est&aacute; en expansi&oacute;n. Todo crecimiento, en los pr&oacute;ximos a&ntilde;os, tiene la posibilidad de colocaci&oacute;n tanto en el mercado interno que es creciente, como en el mercado externo que hay que lograr. Teniendo la ventaja de un costo de producci&oacute;n muy bajo, el camino de la exportaci&oacute;n debe ser una necesidad complementaria al aumento en el mercado interno. Todo lo planteado tiene un costo y en las experiencias exitosas a lo largo de los a&ntilde;os, marcaron un valor de campa&ntilde;a que, llevado al aporte por animal faenado en Argentina en un a&ntilde;o, equivalen a $60 por cabeza, $8.400 por jaula, m&aacute;s o menos el equivalente al valor de 1 kg. de bondiola. &nbsp;