Producto • Comercialización

Cinco tendencias para entender al consumidor de pollo y cerdo

Para seguir consolidando el mercado de estas proteínas, es clave comprender que el nuevo consumidor ya no busca solo precio, ¿cuáles son las nuevas prioridades? 

  • 13/06/2025 • 08:00
Fotos: Banco de imágenes

Por: Alfa Group

 

En las últimas décadas, el consumo de carne ha experimentado cambios significativos, impulsados por factores económicos, sociales, culturales y medioambientales. Entre las proteínas animales, la carne avícola y porcina se han posicionado como pilares fundamentales de la dieta mundial. Estas dos categorías reflejan de manera clara las transformaciones en los hábitos alimenticios de las poblaciones, así como las respuestas de la industria a nuevas demandas de los consumidores. 

La carne avícola, particularmente la de pollo, ha mostrado un crecimiento sostenido en casi todos los mercados del mundo. Esta tendencia responde a varias razones claves: su bajo costo en comparación con otras carnes, su versatilidad culinaria, menor contenido de grasa en cortes magros y la percepción de ser una opción más saludable. 

En países desarrollados, como Estados Unidos y algunos estados miembros de la Unión Europea, la carne de pollo ha superado al consumo de carne de res. Según datos recientes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el consumo por persona de carne avícola ha aumentado constantemente, alcanzando en algunos países cifras superiores a los 40 kg anuales. 

El crecimiento también es notable en mercados como Brasil, India y varios países del sudeste asiático, donde la urbanización, el aumento del poder adquisitivo y la expansión de cadenas de comida rápida han contribuido significativamente al incremento del consumo. 

La carne porcina, por su parte, mantiene una presencia fuerte a nivel global, especialmente en Asia, donde China representa casi el 50% del consumo mundial. Pese a las fluctuaciones derivadas de brotes sanitarios como la peste porcina africana, que redujo considerablemente la producción en los últimos años, el sector ha mostrado resiliencia y capacidad de adaptación. 

En muchas culturas, la carne de cerdo es preferida por su sabor, textura y por formar parte integral de la gastronomía tradicional. Aunque su consumo ha sido cuestionado en algunos contextos debido a preocupaciones de salud y sostenibilidad, se mantiene como una fuente económica y abundante de proteína. 

Europa también conserva una alta tasa de consumo de carne porcina, aunque se observa una ligera disminución debido a factores como el envejecimiento poblacional, mayor conciencia ambiental y dietas más flexibles. 

Diversos patrones de consumo están reconfigurando el mercado de la carne avícola y porcina: 

1. Sostenibilidad y bienestar animal: Los consumidores son cada vez más exigentes en cuanto al origen de los productos. Las prácticas de producción sostenible, certificaciones de bienestar animal y trazabilidad son ahora factores decisivos de compra, especialmente entre los jóvenes. 

2. Aumento de productos elaborados: Se observa un crecimiento de productos listos para consumir, como nuggets, embutidos, cortes marinados y opciones congeladas. Esto responde a estilos de vida acelerados que demandan practicidad sin renunciar al sabor. 

3. Innovación tecnológica en la producción: La biotecnología, la automatización y las nuevas estrategias de alimentación animal están ayudando a mejorar la eficiencia productiva y a reducir el impacto ambiental. 

4. Proteínas alternativas y competencia: Si bien la carne avícola y porcina siguen dominando, enfrentan una creciente competencia de proteínas vegetales y cárnicos cultivados en laboratorio. Estos productos, aunque aún representan una fracción pequeña del mercado, ganan terreno entre consumidores preocupados por el cambio climático. 

5. Influencia de la cultura gastronómica: Las tendencias culinarias y los medios digitales impulsan nuevos usos y recetas que fomentan el consumo de estas carnes en formatos modernos, como bowls, wraps o platos étnicos adaptados. 

El impacto del precio y la economía 

La inflación alimentaria global ha tenido un efecto significativo en los patrones de consumo. Ante el aumento de precios en otros tipos de carne, como la de res, muchos hogares han optado por alternativas más accesibles como el pollo o el cerdo. Esta dinámica ha fortalecido la posición de ambas carnes como opciones accesibles en tiempos de incertidumbre económica. 

Se prevé que la demanda de carne avícola seguirá en ascenso, especialmente en regiones como África subsahariana y Asia oriental. La carne porcina, aunque enfrentará mayores desafíos regulatorios y de percepción, continuará siendo relevante, en especial si logra adaptarse a los estándares modernos de sostenibilidad y calidad. 

Tanto la carne avícola como la porcina se encuentran en un proceso de transformación. La industria debe prestar atención a las nuevas prioridades de los consumidores, que ya no se enfocan únicamente en el precio, sino también en aspectos éticos, ambientales y de salud. Adaptarse a estas expectativas será clave para consolidar el liderazgo de estas proteínas en la dieta global del futuro.

 

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