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Vitaminas C y E: suplementación que combate el estrés calórico en aves

Las altas temperaturas durante el verano son el factor más importante que causa estrés calórico en aves, lo cual afecta negativamente la producción avícola.

  • 11/12/2024 • 11:18

Por: Artículo publicado en https://cladan.com.ar/
Fotos: Banco de imágenes

Usualmente, la temperatura óptima para el correcto desempeño zootécnico (zona termoneutral) es 18-22ºC para pollos de engorde y 19-22ºC para ponedoras comerciales1; con condiciones de humedad relativa bajas (HR <65%). Cuando estos parámetros incrementan (T. amb >27ºC, HR >65%), ocurre un balance negativo entre la temperatura ambiental y la producción de calor corporal del ave, ocasionando problemas de bienestar y/o la muerte del animal debido al estrés por calor (Figura 1).


Rangos de temperaturas, zonas y efectos. Emisiones de amoníaco EU-28 (% del total de emisiones).

En la zona de confort o termoneutral (18-25ºC) el ave puede mantener su temperatura corporal constante siendo ideal para buenas performances y conversión alimenticia. Al aumentar la temperatura, se alcanza la zona crítica (26-35ºC) donde comienzan los problemas de bienestar, como jadeo y cansancio físico; y llegada a la zona crítica superior (>35ºC) puede ocasionar la muerte.

Bajo condiciones desafiantes de calor, las aves pasan menos tiempo comiendo y caminando y más tiempo bebiendo agua, inmóviles y jadeando2. Por tanto, el estrés por calor disminuye la ingesta de alimento, aumenta los índices de conversión alimentaria y la mortalidad. Todos estos efectos negativos resultan en una baja eficiencia en la producción con pérdidas económicas elevadas y significativas.

Prácticas de crianza innovadoras y tecnologías que ayuden a mitigar los efectos del estrés por calor en la producción avícola son necesarias. Asimismo, las estrategias nutricionales merecen una atención especial. La suplementación de electrolitos y vitaminas en el alimento o en agua de bebida, principalmente, las vitaminas C y E, han demostrado reducir los efectos negativos del estrés por calor.

Ácido Abcórbico o Vitamina C

El ácido ascórbico o vitamina C es un compuesto antioxidante soluble en agua encargado de proteger a las células contra el daño oxidativo y mejora el funcionamiento del sistema inmune. Además, actúa como cofactor en muchas reacciones enzimáticas como la síntesis de colágeno, carnitina y varias hormonas (dopamina, noradrenalina y adrenalina).

Ensayos en animales demostraron que la suplementación de vitamina C durante situaciones de estrés redujo el desbalance hormonal y la pérdida de peso3. Esto último confirmó que la vitamina C no sólo está involucrada en la síntesis de hormonas sino que también incrementa su estabilidad y funcionalidad. Aunque no se conoce claramente cómo la vitamina C impulsa el funcionamiento del sistema inmune, estudios evidencian que su concentración dentro de las células inmunitarias desciende rápidamente frente al estrés y al ser administrada actúa directamente sobre los fagocitos, la producción de citoquinas, linfocitos y el número de moléculas de adhesión en monocitos4.

El ave adulta es capaz de sintetizar niveles de vitamina C acordes a los requerimientos en condiciones normales. Sin embargo, estos incrementan en situaciones de estrés, posicionando a la suplementación de ácido ascórbico en el alimento o agua de bebida, como una estrategia acorde durante estos momentos críticos.

De esta manera, la adición de vitamina C a la dieta de pollos de engorde en una dosis de 100-250 mg/Kg1,5, aliviana los signos de estrés calórico, mejora la performance de crecimiento, la conversión alimenticia, la calidad de la carcasa, potencia el estado inmunológico y reduce la mortalidad. Para ponedoras comerciales, en condiciones de estrés por calor, la eficiencia alimentaria, producción de huevos y calidad de cáscara fue mejorada con dosis variables de esta vitamina entre 200-500 mg/kg1.

Vitamina E

La vitamina E es un grupo de compuestos solubles en grasa: 4 tocoferoles y 4 tocotrienoles que existen como homólogos α, β, γ y δ.

En nutrición animal, la α-tocoferol es la forma bioactiva más empleada. Esta está involucrada en la vía de la glutatión peroxidasa y protege a las membranas celulares y tejidos del daño oxidativo al reaccionar con radicales lipídicos producidos en la reacción de peroxidación6. Por lo tanto, en situaciones de estrés calórico, donde se inicia la peroxidación lipídica en las membranas celulares, la vitamina E contribuye a la sobrevida, proliferación y función de los linfocitos, macrófagos y células del plasma, potenciando la respuesta inmune.

Los requerimientos de esta vitamina deben ser administrados a través de la dieta debido a que las aves no son capaces de sintetizarla de manera biológica. La bibliografía consultada indica que, para pollos de engorde, la administración de vitamina E en una dosis promedio de 250 mg/kg de alimento o agua de bebida, es suficiente para obtener buenos rendimientos zootécnicos y calidad de carne en condiciones de estrés calórico1. Sin embargo, para ponedoras las dosis ensayadas fueron desde 125-250 mg/kg, logrando mejorar la respuesta inmune, producción de huevos y la conversión alimenticia1,7.

Conclusiones Finales?

Con el fin de mejorar la tolerancia de las aves a las altas temperaturas, el uso de las vitaminas C y E combinadas en la dieta parece ser un método prometedor que permitiría reducir los efectos adversos del estrés por calor.

Los efectos sinérgicos de las vitaminas E y C mejoran el rendimiento en los animales desafiados con estrés por calor. Ambas juegan un papel importante en los tejidos al eliminar los radicales libre con sus propiedades de antioxidantes y mejorando así, la respuesta inmune2. Además, la vitamina C actúa como antioxidante regenerando la vitamina E y mantiene sus niveles basales suprimiendo su metabolismo de degradación1,5.

Más información:
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Referencias bribliográficas

Saiz del Barrio, A., et al, 2019. Effect of mineral and vitamin C mix on growth performance and blood corticosterone concentrations in heat-stressed broilers. Appl. Poult. Res. 29, 23-33.

Shakeri, M., et al, 2020. Strategies to Combat Heat Stress in Broiler Chickens: Unveiling the Roles of Selenium, Vitamin E and Vitamin C. Sci. 7, 71-78.

Hao, S., et al, 2001. Separation-induced body weight loss, impairment in alternation behavior, and autonomic tone: Effects of tyrosine. Biochem. Behav. 68, 273–281.

Sorice, A., et al, 2014. Ascorbic acid: Its role in immune system and chronic inflammation diseases. Mini Rev. Med. Chem. 14, 444–452.

Ahmadu, S., et al, 2016. An overview of vitamin C as an antistress in poultry. J. Vet. Res. 7, 9-22.

Schneider, C. 2005. Chemistry and biology of vitamin E. Nutr. Food Res. 49, 7–30.

Jiang, W., et al, 2013. The effect of vitamin E on laying performance and egg quality in laying hens fed corn dried distillers grains with solubles. Sci. 92, 2956–2964.