Producción • SOSTENIBILIDAD

Transformación de subproductos de aves: una oportunidad para la sostenibilidad y la economía circular

Los desechos producidos por estos animales pueden ser convertidos en compost, fertilizantes, biogás o materiales de construcción, entre otros subproductos, permitiendo un aprovechamiento sustentable de los mismos.

  • 20/06/2024 • 17:49

Por: Dra. Ing. Agr. Mónica Tysko, integrante del Grupo DIVEPA - Universidad Nacional de Luján.  

Fotos: Bando de imágenes

La economía circular es un modelo de producción que busca minimizar el desperdicio y maximizar el valor de los recursos. En este modelo, los materiales se reutilizan en lugar de desecharse. 

La industria avícola en las últimas décadas ha experimentado un crecimiento exponencial que trae como consecuencia un aumento en la generación de residuos. Considerando solamente las excretas, la producción avícola en Argentina, genera anualmente 1,5 millones de toneladas de guano y aproximadamente 5 millones de toneladas de “cama de pollo”. Además de las excretas generadas en los establecimientos productivos tanto de aves ponedoras como aquellos destinados a producción de carne, durante la faena se acumulan plumas, sangre, huesos, grasa y vísceras. En el país más del 50% de estos materiales derivados de las producciones animales son desechados y no son reutilizados. Un manejo inadecuado de estos desechos, al no ser tratados adecuadamente, pueden contaminar las fuentes de agua, causando eutrofización y la proliferación de plagas, afectando el medio ambiente.

Considerando solamente las excretas, la producción avícola en Argentina, genera anualmente 1,5 millones de toneladas de guano y aproximadamente 5 millones de toneladas de “cama de pollo”.

La transformación de estos materiales en subproductos o materia prima para diversos sectores conduce a un aprovechamiento sustentable de los mismos contribuyendo además a minimizar el impacto ambiental que producen.

La valorización de estos materiales conlleva a un uso más eficiente de los recursos, promoviendo así un modelo de producción más sostenible. Los subproductos que se pueden obtenerse de la transformación de los desechos avícolas incluyen:

Compost: tanto el guano como la cama de pollo pueden compostarse para producir un abono orgánico rico en nutrientes que puede ser utilizado en la agricultura, tanto extensiva como intensiva. El compost de estiércol aviar es reconocido por su alto porcentaje de micro y macroelementos, nutrientes esenciales para las plantas. La incorporación de compost al suelo mejora su contenido de materia orgánica y, por lo tanto, la estructura y la capacidad de retención hídrica del mismo, lo que redunda en una mayor productividad de los cultivos. Existe en el país una normativa promulgada en el año 2019, que regula en uso de compost derivado de la producción avícola. La misma establece con qué materiales está permitido realizar el compost, qué parámetros de calidad se deben tener en cuenta y en qué actividades se lo puede usar.

Fertilizantes granulados o pellets: la utilización de procesos de deshidratación y granulación del estiércol de pollo permite reducir los problemas que origina su almacenamiento en fresco del mismo, convirtiéndolo en un abono libre de patógenos y restos de antibióticos, que no desprende mal olor y reduce la capacidad de almacenamiento. Esto tiene un impacto directo sobre la logística del sistema productivo agrícola ya que facilita tanto el transporte como la distribución en el campo.  

Biogás: el estiércol y la cama de pollo pueden digerirse anaeróbicamente para producir metano y otros gases, fuentes de energía renovable que puede ser utilizada para generar electricidad o calor, pudiendo reducir los costos energéticos del establecimiento productivo o incluso generar un balance energético positivo para que pueda ser incorporado a red eléctrica local.

La transformación de subproductos avícolas en materiales valiosos ofrece una solución viable para reducir el impacto ambiental de la industria avícola y promover la economía circular.

Biodiesel: tanto la grasa como las plumas de pollo pueden ser procesadas para la producción de biodiesel de segunda generación.Mediante un proceso de transesterificación de estos subproductos con alcohol en la presencia de un catalizador, se pueden producir ésteres (biodiesel). El tipo de biodiesel producido dependerá de la materia prima utilizada y esta influirá en calidad y propiedades. (viscosidad, color, etc.). 

Biohidrógeno: tanto las plumas de pollo como la sangre contienen altas cantidades de proteína cruda, entre otros compuestos, cuya degradación genera H2.El hidrógeno se ha proyectado como uno de los portadores de energía renovable más prometedores. 

Alimento balanceado: las plumas, la sangre y las vísceras, pueden ser tratados por métodos enzimáticos y convertidos en “harina de aves”. Este subproducto es considerado una fuente de proteína con alto valor biológico, con un coeficiente de digestibilidad del 82% y una composición química que aporta minerales y vitaminas, principalmente B12 apta para consumo animal.

Materiales de construcción y almacenamiento: antiguamente era frecuente el uso de una mezcla de tierra con estiércol en la construcción de viviendas que fueron reemplazados por materiales sintéticos más modernos. Actualmente, en función de los antecedentes, se está estudiando el uso de este subproducto, así como la “cama de pollo” aprovechando sus propiedades cementantes y su capacidad aislante para la elaboración de ladrillos y revestimientos. Con respecto a las plumas son materiales que se están estudiando como materia prima complementaria en la fabricación de material de embalaje. 

Materiales textiles: debido a su propiedad térmica, conservación del calor, suavidad, resistencia al fuego, capacidad de lavado y durabilidad, las plumas de pollo se pueden usar para rellenar materiales en ropa de invierno y fabricación de telas no tejidas. Por otra parte, la queratina hidrolizada tanto de plumas como garras podría ser utilizada en el ennoblecimiento textil (modificación de la funcionalidad química de la fibra) mediante la cationización de la tela.

Materiales biomédicos y cosmética: el contenido de colesterol de las plumas podría ser utilizado con fines biomédicos para la síntesis de diferentes productos farmacéuticos (por ejemplo, precursores de vitamina D).

Industria de pinturas: la cáscara de huevo cuenta con un 94% de carbonato de calcio, además de otros elementos. Se ha desarrollado un método para el aprovechamiento del carbonato de calcio en la industria de pinturas.

La transformación de subproductos avícolas en materiales valiosos ofrece una solución viable para reducir el impacto ambiental de la industria avícola y promover la economía circular. Esta estrategia no solo contribuye a la sostenibilidad, sino que también genera nuevas oportunidades económicas y diversifica los ingresos del sector. Es necesario implementar tecnologías adecuadas basadas en un trabajo conjunto entre el sector productivo y el sistema científico-técnico. Estos vínculos permitirán desarrollar estrategias de mercado efectivas y sustentables para transformar los residuos en una fuente de subproductos que tanto a nivel local como regional contribuirán a avanzar hacia un futuro más sostenible y rentable generando además nuevas fuentes de empleo.