Por: Asociaci&oacute;n de Productores de Alimentos Balanceados (APROBAL). Ecuador Fotos: Banco de im&aacute;genes Los aditivos son sustancias que se agregan intencionalmente a los alimentos y que no necesariamente contienen un valor nutricional. Los objetivos de incorporar aditivos en la raci&oacute;n de las aves son variados, entre ellos podemos mencionar: Satisfacer las necesidades alimentarias Mejorar las caracter&iacute;sticas del alimento o del producto final Asegurar el bienestar animal Mejorar los par&aacute;metros productivos Asegurar la salud intestinal a trav&eacute;s de la incorporaci&oacute;n, por ejemplo, de probi&oacute;ticos o coccidiost&aacute;ticos Mejorar el color del producto final Disminuir el impacto negativo de la producci&oacute;n sobre el medio ambiente Los aditivos deben reunir determinadas condiciones para poder ser utilizados, algunas de ellas son: 1) No ser perjudiciales para los animales y el hombre 2) No dejar residuos en los productos de consumo 3) No contaminar el medio ambiente 4) Que sean utilizados seg&uacute;n determinadas normas Los aditivos se utilizan para asegurar que los nutrientes de la dieta sean ingeridos, digeridos, protegidos de destrucci&oacute;n, absorbidos y transportados hacia la c&eacute;lula. A su vez, pueden alterar el metabolismo de las aves para promover el crecimiento y/o mejorar el producto final. Se considera que representan el 0,5% de la dieta y el 5% del costo total de la raci&oacute;n. Dentro de los m&aacute;s comunes podemos encontrar: pigmentos, antioxidantes, aromatizantes, promotores de crecimiento, secuestrantes de micotoxinas, enzimas ex&oacute;genas, entre otros. Pigmentos para mejorar el color de las yemas o de la piel de los pollos Los pigmentos se utilizan en las aves con el fin de mejorar el producto de acuerdo a las preferencias de los consumidores, y sin alterar el normal metabolismo de los animales. Las aves son capaces de almacenar pigmentos en la yema, en los dep&oacute;sitos de grasa, en la piel y en las patas. Se ha comprobado que entre los consumidores el color est&aacute; asociado al paladar: una alteraci&oacute;n del color, incluso asociada a un mejor sabor, puede provocar rechazo. Al incorporar pigmentos en la raci&oacute;n de las aves se busca lograr un grado de pigmentaci&oacute;n que satisfaga al consumidor: Para la yema del huevo se busca un color entre amarillo y naranja, equivalente al n&uacute;mero 10 a 13 de la escala de Roche, estas preferencias var&iacute;an seg&uacute;n la zona. Para la piel de los pollos se suele buscar un color amarillo intenso. No solo es importante el color logrado, sino que tambi&eacute;n se debe buscar la uniformidad en la pigmentaci&oacute;n. En ese sentido, es importante tener en cuenta que ciertos productos, como el coccidiost&aacute;to nicarbazina, pueden interferir en la uniformidad del color. <p style="text-align: center;"> Fuentes de pigmentos El color presente en la yema de huevo, la piel y grasa de las aves es debido al consumo de pigmentos, principalmente xantofilas. Las aves no sintetizan ning&uacute;n tipo de pigmento, es por eso que la ausencia de pigmentos en la dieta resultar&aacute; en falta de coloraci&oacute;n en la yema de los huevos y la piel de las aves. La apariencia visual se puede alterar al cambiar tanto la concentraci&oacute;n de un pigmento como el tipo. Los carotenoides son pigmentos naturales que se pueden encontrar principalmente en la naturaleza, con diferentes tonalidades de amarillo, naranja y rojo. La disponibilidad de los carotenoides de la dieta oscila entre el 58 al 77%. Dentro de los carotenoides encontramos dos grandes grupos: -&nbsp;&nbsp;&nbsp;Alfa y Beta carotenos, son precursores de la vitamina A y tienen, adem&aacute;s, funci&oacute;n antioxidante.&nbsp; -&nbsp;&nbsp;&nbsp;Xantofilas, dentro de este grupo se encuentran Lute&iacute;na, Zeaxantina, Capsantina. Las xantofilas son los pigmentos naturales con mayor disponibilidad. Hay una gran cantidad de materias primas utilizadas en la alimentaci&oacute;n de las aves que contienen xantofilas, los que mayor cantidad aportan son el ma&iacute;z (zeaxantina) y sus derivados y las hojas verdes de ciertas plantas, como por ejemplo, la alfalfa (lute&iacute;na). Los pigmentos naturales en las materias primas se pueden perder por oxidaci&oacute;n con el almacenamiento prolongado, llegando al 50% de p&eacute;rdidas en temperaturas elevadas. Adem&aacute;s, son sensibles a la luz ultravioleta y a la humedad. Por otro lado, si las grasas presentes en el alimento se encuentran con alg&uacute;n grado de enranciamiento, generan la oxidaci&oacute;n de los carotenoides reduciendo su capacidad pigmentante. El beta caroteno, la lute&iacute;na y la zeaxantina otorgan una coloraci&oacute;n de amarilla a anaranjada, mientras la capsantina presenta un color rojo m&aacute;s intenso. La lute&iacute;na tiene mayor afinidad por la yema del huevo que por la piel, mientras que para la zeaxantina es mayor la afinidad por la piel y las patas que por la yema del huevo. La capsantina directamente no tiene dep&oacute;sitos en piel y patas, por lo que s&oacute;lo es &uacute;til en la alimentaci&oacute;n de las gallinas ponedoras. Dentro de los pigmentos sint&eacute;ticos, podemos encontrar a los &Eacute;steres apocarotenoicos y a la Cantaxantina. Esta &uacute;ltima aporta un color rojizo y se deposita de forma considerable en la piel de las aves. Si solo se utilizara cantaxantina se produce una coloraci&oacute;n roja/anaranjada, algo que ser&iacute;a inaceptable para los consumidores. Es deseable una mezcla de 4:1 (xantofila:cantaxantina). Los pigmentos sint&eacute;ticos facilitan el mezclado en la dieta y son m&aacute;s estables, teniendo menor capacidad de oxidarse que los naturales. Pigmentaci&oacute;n de la yema Para lograr una pigmentaci&oacute;n &oacute;ptima, la concentraci&oacute;n de xantofilas en la dieta de las gallinas ponedoras debe estar en el orden de 25-30 mg/kg (ver Gr&aacute;fico 1.). La conservaci&oacute;n del color se obtiene por los altos niveles de vitaminas y por la presencia de antioxidantes en el huevo. Para medir el grado de pigmentaci&oacute;n de la yema, se deben tomar al menos 20 huevos por lote y hacer una evaluaci&oacute;n contra un fondo blanco o negro, con el fin de eliminar la posible interferencia con colores contiguos. Se utiliza el abanico de la escala de Roche, ubic&aacute;ndolo directamente por encima de la yema. Se recomienda utilizar luz natural, ya que las luces artificiales pueden generar errores en la apreciaci&oacute;n. A su vez, es recomendable que la evaluaci&oacute;n la haga siempre una misma persona, por las posibles diferencias de interpretaci&oacute;n. Pigmentaci&oacute;n de la piel Para los pollos de engorde, se recomienda una concentraci&oacute;n de xantofilas de 50-60 mg/kg. En la actualidad, el per&iacute;odo de vida de los pollos es cada vez m&aacute;s reducido, esto conduce a la necesidad de aumentar la inclusi&oacute;n de pigmentos en la raci&oacute;n para lograr en menor tiempo la pigmentaci&oacute;n deseada. Mantener la apariencia de la piel de las aves es m&aacute;s dif&iacute;cil que la del huevo por varios factores. Por un lado, los pigmentos que se depositan en la epidermis no son estables y pueden deteriorarse r&aacute;pidamente; a su vez, la superficie de la carcasa es irregular y la deposici&oacute;n de melanina no es uniforme. Por otro lado, el procesamiento y empaque de las carcasas y su exposici&oacute;n, influyen tambi&eacute;n en la apariencia del producto a la hora de ser elegidos por el consumidor. Un factor que debe ser tenido muy en cuenta, es el momento del desplumado de los pollos. Para que &eacute;ste sea &oacute;ptimo, se necesita una temperatura en el agua de 60&deg;c, no obstante, con esa temperatura se genera un arrastre de la epidermis, llev&aacute;ndose consigo el pigmento de la piel, dando como resultado que el pollo pierda el color.