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La Consultora JLU presentó el anuario 2022 del Sector Porcino argentino

Por tercer año consecutivo, la Consultora JLU -liderada por el Ing. Zoot. Juan Luis Uccelli- presentó el Anuario del Sector Porcino de Argentina con los datos más importantes que surgieron a lo largo del año 2022, comparando en la mayoría de los casos con valores de los últimos 20 u 11 años y haciendo una proyección para los próximos tiempos.

  • 10/01/2023 • 00:00

Los principales puntos que detalla el informe sobre el comportamiento del Sector Porcino de Argentina en 2022, desarrollado por la Consultora JLU del Ing. Zoot. Juan Luis Uccelli, son los siguientes:

Consumo de alimento balanceado

La producción de maíz local y soja sigue siendo importante, en un momento de serios problemas de sequía y descalabro financiero del Gobierno Nacional, que aplicó medidas como el dólar soja afectando de forma directa a todos los consumidores, tanto en precio, como en disponibilidad, y generó la ilusión de que aparezca un dólar maíz, componiendo más confusión.

El consumo de alimento balanceado durante el año 2022 (que incluye todos los productos preparados, especialmente para las etapas de inicio, las pre-mezclas y el alimento auto producido por los mismos productores) fue de 3.277.166 ton, con un crecimiento del 4% mayor que el año anterior y una participación del maíz de 1.936.299 ton y de soja con 645.433 ton (en su gran mayoría como subproductos). Como se puede observar en el Gráfico Nº1, vemos el aumento constante de la cantidad de toneladas consumidas, pero inversamente vemos la mejora en los valores de Conversión Alimenticia promedio país, que comparando el año 2012 con el 2022, significó un ahorro de más de 240.000 ton. de maíz y 80.000 ton. de soja, generando un beneficio indirecto en la menor pérdida de nitrógeno en el ambiente, disminuyendo los Gases de Efecto Invernadero.

Producción

La producción de cerdos tuvo una mejora del 4.1% en cabezas y de 4.9% en toneladas producidas. La diferencia se debe a un aumento de 700 grs promedio por cabeza de los cerdos faenados. En la Tabla Nº 1 vemos la producción estratificada según el tipo de productores.

De los datos expresados y en comparación con los mismos valores del año anterior, tenemos nuevamente una importante caída en la cantidad de establecimientos chicos de 470 unidades (-18.3%), teniendo un reacomodamiento en la categoría mediana con un alza y los grandes con una leve baja (en realidad pasaron al grupo medianos). El segundo dato, y repitiendo lo que sucede desde hace dos años, es que tenemos 10.000 cerdas menos. Como siempre aclaramos, hubo nuevos emprendimientos, especialmente medianos y algunos grandes que crecieron, pero otras cerdas se faenaron, relacionadas con los productores pequeños que se fueron del sistema. Hay una mejora de la eficiencia por cerda instalada país en un 9% y de valores similares con respecto a los kilos por cerda y por año. La conclusión es que por mejora en la eficiencia por cerda productiva, se aumentó la cantidad producida durante el año.

En los Gráficos Nº 2 A, B y C observamos la participación del tipo de productores, según la cantidad de establecimientos, la cantidad de madres y cantidad de cabezas faenadas. Podemos apreciar que tan solo el 3% de los establecimientos, faenan el 48% de los capones, con el 39% de las cerdas y, si sumamos a los medianos, 21% de los establecimientos faenan el 93% de los capones, con el 83% de las cerdas. Aún no podemos hablar de un sistema concentrado, especialmente por la importancia de los productores medianos, pero no hay duda de que la ruta lamentablemente, si no hay cambios, lleva a ese destino.

A continuación, vamos a hacer la comparación del crecimiento de las toneladas equivalente media res producidas en Argentina de Carne de cerdo en los último 21 años y cuando mostramos las dos puntas, 2002 con 2022, nos da un crecimiento de 6.50 veces que demuestra la importancia actual del Sector con las acciones que se tomaron oportunamente de la parte privada en primera instancia y de la parte pública, en segundo lugar. Cabe mencionar también que en todos los años se registró un crecimiento, en mayor o menor medida, pero siempre subiendo. Cuando la comparación la centramos en los últimos 10 años, el aumento de la producción fue de 1.95 veces, duplicando prácticamente la cantidad y dando tendencias de la potencialidad del Sector. Podemos ver los datos en el Gráfico Nº 3.

En el 2002 teníamos apenas 180.000 cerdas reproductivas, la mitad de las actuales, lo que demuestra el importante salto de calidad productiva que se realizó por cada cerda individual. La cantidad de productores era inferior y llegaba a los 2.900, de los cuales 680 (23%) representaba la faena del 50% de los capones anuales. Como mencionamos en los párrafos anteriores hay una tendencia a la concentración, que aún está lejos de ser lo que sucede en otros países o en la avicultura en nuestro propio país.

Precio del cerdo en pie

La referencia del cerdo en pie en Argentina, a diferencia de lo que sucede en el resto del mundo, no se expresa por el precio promedio del relevamiento que realiza el RUCA perteneciente a la SAGyP de la Nación, sino por el máximo ponderado y es el que dolarizado podemos observar en el siguiente Gráfico Nº 4, con promedios anuales desde el 2002 y mensual en el año 2022.

Gráfico Nº4 – Precios promedios máximos anuales en dólares 2002-2022

El promedio de los 21 años es de U$D1.28 el kilo vivo y si tomáramos los últimos 10 años el promedio es de U$D1.43 un 11.7% superior al anterior. Hay una tendencia a un mayor valor del cerdo en pie.

Gráfico Nº 5 – Diferencia entre el precio promedio máximo y el promedio 2002-2022

En el Gráfico Nº 5 podemos ver la diferencia entre el precio promedio máximo del cerdo en pie que comentamos y el precio promedio. Los valores son anuales, salvo el detalle del año 2022 que, además es mensual. El promedio en los 21 años fue de 21.1% y de los últimos 10 años del 22.6% situación que marca que el problema de fondo se agrava a diferencia de disminuir. Dicho problema en Argentina se conoce como subfacturación y es una modalidad que empezó con las compensaciones del año 2006 y ya es una costumbre.

Comparación con algunos precios internacionales y el vacuno

En cuanto a la comparación dolarizada del precio del cerdo en pie en Argentina, Brasil y Estados Unidos, se observa que de los tres valores el promedio más bajo es el de Brasil con U$D1.23, seguido de EE.UU. con U$D1.36 y luego Argentina con U$D1.44. El vacuno en nuestro país tuvo un promedio de U$D1.69.

Margen Bruto en dólares

El promedio de Margen Bruto en dólares por kilo vivo de los 21 años analizados da un valor de U$D0.26, teniendo 11 años por debajo del promedio y 10 por encima y con un solo año negativo, al comienzo de la serie, por la situación país resultado de fines de 2001. Los valores bajos están relacionados con la fuerte suba del maíz en el 2006/7, la gripe A H1N1 del 2019, la devaluación y quita de retenciones en el 2016 y la fuerte seca y también devaluación en el 2018. Vemos los datos en el Gráfico Nº 7.

En el gráfico siguiente vemos los resultados del Margen Bruto expresados en porcentajes, siendo el promedio de los 21 años analizados de 17.9%, un valor más que interesante para una producción agroindustrial, no solo en Argentina, sino en cualquier lugar del mundo. En este caso solo 8 años están por debajo del promedio y 13 lo superan.

A partir de los valores de Margen Bruto, combinaremos en el Gráfico Nº 9 la producción anual y el crecimiento del sector. Hasta el año 2014 vemos un crecimiento muy importante promedio del 12.1% con picos del 23.6%. Desde el 2015 en adelante, el promedio disminuye al 6.7%, con un valor máximo del 10.6%. Es importante recordar lo que mencionamos al principio, que en los últimos años Argentina tuvo un descenso de cerdas reproductoras y el crecimiento se dio exclusivamente por eficiencia y aumento del peso de faena. En la medida que se solucionen problemas como el IVA, inversiones y existan líneas de crédito accesibles, se puede volver a tasas de crecimiento superiores al 10%. También se observar que, frente a picos de Margen Bruto, hay un crecimiento el año siguiente.

Comercio Exterior

El año 2022 fue el peor año de los últimos 10 en relación a la balanza comercial. Ya desde mediados del año anterior se comenzó a ver un retroceso relacionado con los precios internacionales y el tipo de cambio atrasado que tiene el país. Pero esa situación se agravó aún más en el 2022.

En las exportaciones se obtiene el valor más bajo de los 11 últimos años y con una participación muy baja de carne porcina, siendo la gran mayoría subproductos.

Todo el trabajo que se inició en 2015 con la formación de parte del sector privado de un consorcio de exportación, quedó totalmente parado y a pesar de abrir un nuevo mercado como Singapur, terminamos por realizar una exportación de grasa e hígado a dicho país con un muy bajo valor. Hay que barajar y dar de nuevo y esperar que por lo menos el tipo de cambio local sea más lógico.

Todo lo contrario pasó con las importaciones, que por las mismas razones mencionadas, favoreció el ingreso desmedido de carne porcina a un mercado que siempre estuvo abastecido, generando complicaciones a los productores locales, engañando a los consumidores con productos que no son frescos (en el país que si la carne no es fresca, no es carne), enviando al exterior casi 100 millones de dólares que es un bien tremendamente escaso en nuestro mercado y favoreciendo a muy pocos importadores que hicieron cuantiosas diferencias.

Es importante mencionar, situación que desde hace algunos meses ya venimos recalcando, que existen complicaciones serias para poder importar vitaminas y minerales (que no producimos en nuestro país), productos esenciales para los núcleos de alimentación animal, no solo de los cerdos, sino de las aves,los vacunos y las mascotas y también hay complicación para el ingreso de elementos como por ejemplo los paneles evaporativos que solamente se fabrican en China. Frente a estas complicaciones no se entiende la facilidad que hay para seguir trayendo carne de cerdo y la dificultad para lo otro.

En el 2022 importamos un 9.2% menos que el 2021 y un 89% más que el 2020.

Relación del Índice de Carne de Cerdo y el precio del capón máximo

El Índice de Carne de Cerdo, que es el promedio ponderado del valor de los cortes al público por su peso individual y la relación con el valor del capón máximo, ha tenido en los últimos 11 años una baja del 30.2%. Cuando vemos lo que sucedió en los últimos 4 años, vemos una suba del 12% que podríamos plantear como preocupante. Igual los valores están por debajo del promedio de dicha relación que es de 3.04. Podemos observar los valores en el Gráfico Nº 12.

Cambios de las principales variables

El año pasado comenzamos con la comparación de la cantidad de veces que aumentaron distintas variables relacionadas directa e indirectamente con el cerdo y la carne de cerdo. Aclaramos que, con el nivel de inflación en nuestro país, lo tenemos que expresar en cantidad de veces y no en porcentaje, que ésta sería una cifra enorme e incomprensible. Podemos ver el detalle en el gráfico Nº 13.

La soja marcha en punta, cabe destacar que el precio dólar soja de diciembre distorsionó aún más este valor, que igual hubiera sido importante. Lo sigue el maíz y con ellos se forma la base alimenticia del cerdo, sacando como primera conclusión una suba muy importante en los costos. El siguiente en el podio es el dólar que, a pesar de estar retrasado, tuvo muchos años de recupero. Sorprende el precio del pollo al público en la siguiente ubicación, que sigue estando como un producto barato. Les siguen el cerdo en pie y el vacuno en pie, este último también muy retrasado en el último año. Luego sigue el asado, cerca del precio del vacuno y para el final están los cortes de carne de cerdo con valores muy similares al último de la lista que es el sueldo básico. Los argentinos tenemos menor poder de compra y lo único que acompaña es la carne de cerdo.

Relación de cortes de cerdos con el asado y el pollo

A continuación, y en base a lo planteado en el punto anterior, compararemos algunos cortes de cerdos con las otras carnes complementarias, llegando todas a la mesa de los argentinos. En las líneas del Gráfico N° 14 vemos los valores dolarizados tanto del kilo de asado, como del kilo de pechito. A lo largo de los años observamos cómo la diferencia (sombra celeste) se distancia entre sí, marcando que el pechito es cada vez más barato que el asado, cumpliendo la misma función en la parrilla o la cocina. Es una tendencia que puede aún diferenciarse más en los próximos años.

En todo el mundo de las tres carnes, la del pollo es la más accesible en dinero y eso sucede en nuestro mercado, pero es importante observar que la diferencia a partir de los años se fue disminuyendo con la del cerdo. Partimos de una diferencia de casi 250% y hoy estamos en la mitad, en 125%. La conclusión que podemos acercar es que el pollo ya es barato desde hace años, lo que sucede que la carne de cerdo y, en caso puntual del Gráfico N° 15, el pechito cuesta cada vez menos y es más accesible al público. No sería lógico pensar que lo igualará, pero sí que tienda a acercarse, se transforma en una opción interesante para la complementariedad en los platos de proteína animal de calidad.

Gráfico Nº 15 – Relación entre el precio del Pollo Entero y del Pechito 2012-2022 

Por último, compararemos el pollo entero con la chuleta de jamón, que cada día tiene más aceptación en la mesa de los argentinos. Vemos que comienza hace 11 años con una diferencia del 180% y actualmente es del 80%, habiendo sido en abril del 2019 del 2% y en junio del año pasado del 40%. Esto sí se puede acercar mucho más. Aún no tenemos datos suficientes para comparar, pero normalmente las carnicerías o pollerías que hacen milanesas preparadas para vender, tienen el mismo precio por kilo tanto para la de pollo como para la de cerdo. Es un comienzo de lo que vendrá.

El año 2022 mostró, como ya lo comentamos, una baja muy importante de unidades productivas y, por lo tanto, esta disminución afectó también la mano de obra. El razonamiento lógico de esta situación es que al irse del sistema pequeños productores, que son los que afectan más cantidad de operarios por cada 100 cerdas en producción, disminuye la mano de obra. También se dio que muchos crecimientos de establecimientos grandes, disminuyeron la base de personal cada 100 cerdas. Hace unos 10 años atrás la mano de obra del sector primario representaba más de 13.000 puestos de trabajo. Hoy igualmente sigue siendo el eslabón que más aporta a la cadena.

No hay cambios importantes en las plantas de faena y se siguen observando los mismos problemas que mencionamos el año pasado. El 60% de la faena de todo el país se realiza a 140 km de Capital Federal y hay provincias como Córdoba que la mayoría de sus cerdos los debe enviar a otra provincia para faenar.

Existe una mala distribución de las plantas y algunas no tienen lo mínimo indispensable para trabajar y ser rentables. Hay una gran dispersión en el precio que se cobra por la faena a lo largo y ancho del país con valores que hasta se triplican de los registrados en la zona núcleo. El último año comenzaron a tener mayor participación en el total de la faena, las plantas chicas y medianas, pero en solo 23 plantas se concentra el 67.2% de los animales faenados.

En el caso de los Matarifes, se disminuyó la cantidad de operarios al aumentar la cantidad de entrega de medias reses de forma directa, que está en el 15% del total. Dentro de los Matarifes abastecedores 50 representan el 60% del total de las cabezas

Por último, no hay muchos cambios en las plantas de Chacinado, con una participación de más del 50% de tan solo 10 plantas. Volvió a mejorar la producción con respecto al año anterior, pero no llega a los valores pre-pandemia.

Consumo per cápita

En 022 nos enteramos que éramos 2 millones más de personas, por lo que tuvimos que hacer una adecuación de todos los datos con los que trabajábamos. El consumo total del año llego a los 20.15 kilos per cápita.

Proyecciones

Las proyecciones del año anterior tuvieron una diferencia menor del 1.1% ya que se había estimado en un 6% y fue del 4.9%. Seguimos pensando que un crecimiento conservador, similar al de los últimos años es del 6% y mostramos los resultados en miles de toneladas hasta el año 2032

En el Gráfico precedente la proyección es más importante y llega al 8.5% anual, posible de lograr. Es de esperar que con los pocos créditos que se otorgaron en el año 2022 se llegue de septiembre en adelante a esta cifra y que los años siguientes se logre estabilizarla y hasta aumentarla.

Conclusión

2022 fue un año marcado por una inflación muy importante en Argentina que, si bien los argentinos tenemos experiencia, afectó de forma directa el poder adquisitivo de la población y condicionó medidas complicadas del Gobierno con la idea de cumplir las metas (incumplibles) del Fondo Monetario Internacional. Tuvimos cambio de Ministros de Economía y falta de medidas de fondo, haciendo parches que cumplieron los objetivos del FMI, pero generaron un sinnúmero de problemas a muchas producciones regionales y de agregado de valor, como la del cerdo.

Crecimos nuevamente, como lo hacemos desde el 2003, 20 años seguidos, pero no con las expectativas que teníamos, a pesar de que la diferencia fue pequeña. Pero este crecimiento se hizo por mejora productiva y aumento del peso de faena, ya que redujimos la cantidad de cerdas en producción y, lo peor, la cantidad de establecimientos que salieron del sistema, la inmensa mayoría pequeños productores. Esto se tiene que revertir y la figura de un Estado que acompañe en proyectos económicamente sustentables tiene que aparecer, en muchos casos bajo el “padrinazgo” de productores grandes. Hay que hacer una torta más grande donde todos puedan tener su porción.

La niña, la madre, la abuela y hasta la bisabuela generaron una sequía muy importante en todo el país con distintas consecuencias. La más nombrada es el problema para la siembra de primera del maíz, obligando apostar todo a ganador del maíz de segunda. Otra de las consecuencias es la falta de pasto y la necesidad de los productores bovinos de liquidar hacienda que, sumado a la caída de los mercados internacionales, provocó uno de los peores años de la producción bovina, con pérdidas en algunos feedlot de hasta $20.000 por cabeza. Esto provocó una tranquilidad en los precios al público de la carne vacuna, que generó complicaciones a la carne porcina, pero que puede generar más problemas en el corto plazo de este nuevo año.

Sin ninguna promoción durante 2022, pero con la inercia de los años en que sí se hizo promoción del consumo, no sorprendió ver durante el año platos con carne de cerdo en los programas de televisión, en los restaurantes y hasta en las cervecerías ofreciendo hamburguesas de cerdo. Hasta para la navidad un chef mostró en un programa televisivo que lo más barato y rendidor para las fiestas, era hacer la pata de jamón al horno. Pero es una deuda que tiene el sector, comenzar nuevamente con la promoción del consumo de carne fresca y nacional.

Desde el punto de vista del negocio propiamente dicho, como en los últimos años, hubo un ascenso del precio en escalones y algunos insumos en ascensor. Pero el resumen da un Margen Bruto positivo y superior al promedio de los últimos 21 años y es la única carne que tiene este resultado y un colchón armado para las complicaciones de este inicio de año. El precio del cerdo en dólares se mantuvo en el tope de las cotizaciones regionales, tema relacionado con el atraso cambiario que tanto nombramos.

Como ejemplo, si el cerdo tuviera la cotización del dólar soja de dicho mes, en vez de cotizar a U$D1.70, hubiera cotizado a U$D1.33 siendo el precio más bajo de la región, incluso por debajo de Brasil.

Un tema que sigue siendo inentendible es el de las importaciones. Nuevamente enviamos 100 millones de dólares al exterior para traer algo que no necesitábamos. Del otro lado, las lágrimas de la exportación que fueron las de menor volumen en los últimos 11 años. Son temas que hay que volver a retomar y buscar las soluciones que correspondan y pensando a mediano y largo plazo, no en lo inmediato. Hay que ser originales y no cometer los mismos errores.

Desde el punto de vista sanitario, Argentina sigue siendo libre de las principales enfermedades en producción porcina y se han tomado medidas, que recomponen de forma más lógica el ingreso de reproductores, ya sea por los análisis comprobatorios que se deben hacer tanto en origen como en el ingreso y obviamente ser todos negativos, como la obligatoriedad de transitar solamente 50 km desde el punto de ingreso al país. Estas medidas disminuyen de forma considerable la posibilidad de introducir un animal positivo de una enfermedad exótica.

Se sigue trabajando en todo el continente de forma mancomunada en evitar la propagación de la enfermedad de la PPA que ingresó a la Isla Española, que comparten Haití y República Dominicana, y proyectar a todo el continente como proveedor de carne de cerdo al mundo. Hoy en día el 56% de las exportaciones salen del continente americano. Por otro lado, el relato de la gente de dominicana, muestra el tremendo flagelo que es esta enfermedad para la producción porcina y lo difícil de impedir el contagio cuando siempre se llega tarde a la identificación de los casos. En Argentina la capacitación del Sector Privado está tratando de concientizar a todos los productores, desde los más grandes a los familiares, de la importancia de la bioseguridad y la rápida denuncia frente a alguna sospecha. Esto es algo altamente positivo.

Siempre estuvimos convencidos de que el crecimiento del sector y del consumo de la carne de cerdo era posible. Tuvimos la suerte de ser parte de la potencialidad argentina que veían los extranjeros en la década del 90, hacerla realidad a partir del 2000. Pero también estamos convencidos de que se puede seguir creciendo, que el mundo necesitará carne de cerdo de calidad, libre de enfermedades, con costos de producción bajos y Argentina tiene todo para lograrlo. Por eso presentamos dos crecimientos, uno conservador y otro más importante, pero totalmente posible, sabiendo que el techo del consumo interno aún está alto y se necesitará más carne de cerdo en los próximos 10 años.